viernes, 27 de septiembre de 2013
TÉCNICA DE LA DERREFLEXIÓN
De los tres patrones patógenos que se distinguen en logoterapia hemos examinado hasta ahora dos de ellos; el patrón fóbico, caracterizado por la huida ante el miedo, y el patrón obsesivo-compulsivo. El tercer patrón es sexual neurótico caracterizado también por una lucha por parte del paciente. Aquí sin embargo, el paciente no está luchando contra algo, sino más bien por obtener placer sexual. La logoterapia afirma que "cuanto más se tiende al placer, tanto menos se le obtiene".
Siempre que la potencia y el orgasmo son el objetivo de la intención, son también el objetivo de la intención. Los términos que utilizamos en logoterapia son los de "hiperintención e hiperreflexión". Ambos fenómenos se refuerzan recíprocamente de modo que se establece un mecanismo de feedback. A fin de asegurarse potencia sexual y orgasmo, el paciente se presta atención a sí mismo, a aquello que realiza y experimenta. En idéntica medida es retirada la atención prestada a la pareja y en cuanto ésta puede ofrecer en lo que se refiere a estímulos que pueden excitar sexualmente al sujeto. En consecuencia, disminuyen el hecho la potencia y el orgasmo. Esto a su vez, intensifica la hiperintención por parte del paciente y se completa así un círculo vicioso.
Si se desea romper ese círculo vicioso, hay que hacer entrar en juego a fuerzas centrífugas. En lugar de aspirar a la potencia sexual y al orgasmo, el paciente ha de ser él mismo, entregarse. En lugar de observarse y vigilarse, se ha de olvidar de sí mismo; a fin de llevar a cabo este proceso.
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